- Veinte vallecaucanos integran la nueva cohorte que hace parte del programa de Alta Costura de la Escuela Johana Ortiz, gracias a la nueva alianza suscrita entre GdO, su Fundación Promigas y Fundación Alvaralice.
- Los beneficiarios iniciaron su ruta de aprendizaje de la mano del SENA para entrenarse en confección técnicas de alta costura y acompañamiento para su proyecto de vida Historias de esfuerzo y dedicación que merecen ser contadas
Cali (Valle del Cauca), 20 de junio de 2023. Después de pasar un proceso de selección, 20 aprendices harán parte del programa de Alta Costura de la Escuela Johana Ortiz, iniciativa que nace en 2016 con el propósito de desarrollar capacidades y potenciar el talento de la región, a través del oficio de la alta costura.
Gracias a esta iniciativa se ha logrado transformar más de 80 vidas, de las cuales el 94 % son mujeres, mejorando su calidad de vida al brindarles las herramientas para que sean personas económicamente independientes y emocionalmente fuertes.
“El proyecto de la Escuela Johanna Ortiz nace del sueño de transmitir e inspirar desde el arte de la costura para profesionalizarla y conservarla. Tener ahora a tantas mujeres y hombres valiosos (as) aprendiendo de la labor que hacemos, nos llena el alma. Buscamos contagiar el amor por este oficio y que, así como esta industria cambió mi vida, también pueda transformar las realidades de muchas otras personas”, detalló la reconocida diseñadora Johanna Ortiz.
Además de darles la bienvenida a estas 20 beneficiarias, en el marco de este proyecto también se inició la Escuela Express, una nueva línea de formación para 14 beneficiarias más, que busca cerrar brechas en personas que ya saben del oficio de la confección pero que necesitan nivelación en técnicas de alta costura para lograr una vinculación laboral exitosa.
“Desde GdO, Gases de Occidente, nos entusiasma sumarnos a esta gran iniciativa y acompañar a este nuevo grupo de estudiantes que serán parte de un proceso de formación que transforma vidas y que además tiene un 60 % de empleabilidad efectiva. De esta forma sumamos nuestra buena energía para impulsar el desarrollo de la región”, explicó la gerente general de GdO, Pilar Rodríguez.
Los beneficiarios del programa de Alta Costura de Cali y municipios como Palmira, Cerrito, Guacarí y Jamundí inician su ruta de aprendizaje de la mano del SENA para entrenarse en confección y, posteriormente, se especializan en técnicas de alta costura propias de la marca de la Escuela Johanna Ortiz.
A su turno, la directora ejecutiva de la Fundación Promigas, Marcela Dávila, agregó que esta iniciativa “hace parte de nuestro programa Más Empleo Juvenil, que busca, mediante una formación pertinente y un entendimiento entre la oferta y la demanda, elevar el acceso laboral de personas en condición de vulnerabilidad. En este caso, de participantes que además de su formación en alta costura, serán económicamente independientes y contarán con más herramientas para enfrentar el mundo laboral al terminar este proceso”.
Este proceso de formación tiene una duración de 6 meses, que contempla más de 1.080 horas de capacitación a partir de tres dimensiones claves para un ser humano integral: personal, social y laboral.
Adicionalmente, los participantes reciben acompañamiento en su proyecto de vida por parte de la Fundación Alvaralice, además de formación complementaria a través del programa de voluntariado de la Compañía Johanna Ortiz, en donde colaboradores y diversos aliados externos comparten sus conocimientos específicos.
De esta forma, la Escuela Johanna Ortíz, GdO y su Fundación Promigas, la Fundación Alvaralice y el SENA, con el apoyo de Compromiso Valle, le apuestan a impulsar la empleabilidad de personas en condición de vulnerabilidad en el Valle del Cauca.
Historias que merecen ser contadas
Para Yulieth Parra, de 25 años, estar en el programa “es importante para mí porque ha sido una experiencia muy bonita. He aprendido muchas cosas, me ha abierto las puertas a un mundo nuevo de posibilidades que no conocía y realmente aprecio mucho estar aquí. Valoro cada momento que paso en la escuela porque me ha hecho mejorar como persona”.
Aparte de aprender la parte técnica, la aprendiz de la Escuela manifiesta que “me ha ayudado a mejorar el ámbito personal. Hacer parte del mundo de la confección y la moda nos abre mucho las puertas, especialmente en el ámbito económico. Estoy feliz porque esta y las próximas generaciones van a poder sentirse con la garantía de que estando aquí o en cualquier otra parte nos van a dar la oportunidad”.
Por su parte, Edwin Durán Jaramillo, de 18 años, es el único hombre de la cohorte de aprendices de la Escuela Express. “Es un arte que me encanta y siento que se me da muy bien”, asegura el joven que viene de una familia donde predominan las mujeres, y es por esto mismo que nunca se ha sentido discriminado por desempeñar un oficio que tradicionalmente se asocia al género femenino.
“Llegué a la Escuela JO este mismo año. Ha sido una experiencia muy buena, me demostró que soy muy capaz. Cuando me dijeron que pasé a planta, me sentí muy orgulloso de mí. Aunque me dé miedo, yo sé que lo voy a lograr. Mi manejo en la máquina se volvió más pulido. Soy competitivo conmigo mismo y siempre me pongo retos que cumplo y siempre quiero mejorar”, manifiesta.